De acuerdo al reporte de 2001-2018 del Global Forest Watch en Chiapas se perdieron 574 mil hectáreas, es decir por año se han perdido 32 mil hectáreas de superficie forestal, lo que ha causado las inundaciones en 54 municipios este fin de semana; más de 6 mil 876 familias damnificadas, y 20 personas perdieron la vida; una factura muy alta que ha cobrado la naturaleza a las y los chiapanecos.
"Es un promedio de 32 mil hectáreas por año, en cuanto a ese periodo. La facultad la tiene el Gobierno Federal con la Profepa, pero hemos logrado con este convenio una coadyuvancia en nuestras actividades y el Gobierno del Estado también participe".
Las principales causas de estas pérdidas de superficie forestal se deben a cambios de uso de suelo, asentamientos irregulares, incendios, tala ilegal en las partes altas de las cuencas.
Las inundaciones registradas este fin de semana se deben precisamente a esta devastación humana, lo cual genera deslaves. Al respecto, las autoridades de los tres niveles de gobierno realizan programas de manejo de recursos con comuneros, de manera sustentable, reforestaciones en las partes altas de cuencas, para evitar más daños forestales.
Los focos rojos de deforestación y tala clandestina siguen siendo en la región altos de Chiapas, zona fronteriza, selva, Los Bosques, la región valle y frailesca.
En los últimos dos sexenios las políticas ambientales de preservación forestal en Chiapas han sido nulas. En ambos sexenios los índices de deforestación se mantuvieron descontrolados, incrementó la tala inmoderada y el comercio ilegal de madera no se detuvo.
Según organizaciones sociales el 80 por ciento de la madera comercializada en Chiapas es ilegal, es decir proviene de aserraderos clandestinos que talan arboles sin ninguna regulación. Según Green Peace México, anualmente en la entidad chiapaneca se comercializan 400 mil metros cúbicos de madera, de los cuales el 70 por ciento proviene de zonas montañosas que hoy están devastadas.