La otra pandemia por creciente desigualdad

Ellos son tan sólo algunos ciudadanos que se las están viendo difícil con la otra pandemia, la de la pobreza.

Mario de 50 años, migrante de Honduras de San Pedro Sula por una embolia quedó varado en Tuxtla Gutiérrez en medio de la pandemia por la COVID-19.

 "Lado izquierdo me quito la fuerza entonces aquí me quedé, aquí estoy sobreviviendo lo que lo me apoya los hermanitos, ahí me regalan unos pesitos para mi comida"

Otros como Mario también de escasos recursos viven la otra pandemia, la de la pobreza en medio de la Guerra Mundial contra la COVID-19 pasan apuros por mantener un techo sobre sus cabezas y alimentar a sus familias.

 "Mal porque no tenemos para sobrevivir, por eso es que salgo a trabajar con mi hijo, pues así la estamos pasando. ¿Usted sale para ganar unos pesos desde que horas de su casa? Salgo de las siente a siete esas horas es mi regreso, ¿Cuánto logra reunir y que es lo que está ofreciendo en venta? Pues para reunir nada más, reúno no mucho como 100 pesos y lo que vendo son puros mis dulces".

Ella es Mare tiene cinco hijos, vive en la colonia Patria Nueva una de las zonas con más alta marginación, en la capital chiapaneca, paga mil pesos de renta, más los servicios de agua y luz, con la pandemia su vida y la de sus hijos está en juego.

 "¿Cómo le hace se compra su cubrebocas cada cuanto, que es lo que sucede? Pues la verdad cubrebocas tengo que comprar cada 15 días porque con uno no se puede andar, si está duro mi gasto no digo que no."

Francisco Juárez, es otro ciudadano que enfrenta la pandemia, sin miedo, él vende tepache en su triciclo y recorre a diario el centro sin temor a enfermarse.

 "Suponga usted que yo tuviera miedo, de que me sirve el miedo, de que me sirve esté para nada, no más para que yo lo esté comprando, gastando porque no, me llega la enfermedad que si es cierto que llegará de nada me va a servir los bósales que ande puesto."

De esta manera la alta y creciente desigualdad económica significa que una persona con pocos recursos tristemente experimenta sin darse cuenta, cómo sus derechos humanos fundamentales, como la alimentación, la vivienda y la salud digna, simplemente no existen.