Alberto y Oscar todos los días caminan cargando una marimba por las calles de Tuxtla Gutiérrez, se detienen debajo de la sombra de un árbol y hacen sonar su instrumento musical y a cambio obtienen un apoyo de la población a la que visitan de casa en casa y quienes disfrutan de sus melodías.
Después de la pandemia y al no haber contrataciones para eventos particulares, se vieron en la obligación de recorrer las calles de la ciudad, pues sus ingresos eran prácticamente nulos y ya no podían seguir cubriendo gastos familiares? pero a tres años de esto, adoptaron este estilo de trabajo sin importar que llueva o que incluso, el termómetro marque los más de 35 grados.