El National Institutes of Health (NIH), un conglomerado de instituciones gubernamentales dedicadas a la investigación médica ha respaldado la idea de que las mascotas no solo son compañeros leales, sino también aliados en la mejora del bienestar físico y emocional de las personas.
Según el NIH, tener una mascota en casa puede desempeñar un papel crucial en la reducción del estrés y la sensación de soledad. Diversos estudios respaldan la noción de que la interacción con animales de compañía puede liberar endorfinas, reducir la presión arterial y disminuir los niveles de cortisol, la hormona asociada al estrés.
Adicional a lo anterior, los expertos en psicología Infantil argumentan que tener una mascota en casa, potencializa en ellos el sentido de responsabilidad y compromiso que eventualmente, los ayuda en su vida académica y laboral, además, los ayuda también con los sentimientos de empatía y solitadidad.