En Mercado público "San Antonio", ubicado en ampliación Terán, es prácticamente un centro de abastos fantasma.
Lo que antes lucía bastante concurrido, lleno de locales de diversos giros comerciales en donde la población acudía a abastecerse de sus productos básicos, hoy, luce semivacío, sólo seis locales sobreviven, pero las ventas son tan bajas, que incluso dudan que subsistan por más tiempo.
La señora América, quien hoy, es la púnica que vende pollo fresco, asegura que años atrás podía vender más de 150 pollos a la semana, pero hoy, sólo venden cinco pollos al día? a veces hasta menos.
La crisis, según locatarios, incrementó desde hace 10 años, pero la pandemia por COVID-19 terminó por empeorar la situación.
"Me resulta porque es mío el puesto, poco que venda, pero es mío, ya no como antes, ya no se puede dejar porque ya estoy grande? se tiene uno que acostumbrar, así como cuando no tienes que comer, un día no, mañana será".