La criminalización de que son objeto en la frontera México-Estados Unidos, obstaculiza el retorno de quienes han alcanzado el sueño americano.
Los migrantes que han cruzado de forma ilegal por el desierto o por el río, arriesgaron su integridad, y ahora del lado estadounidense han encontrado a familiares o conocidos y han comenzado a ganar dólares y comenzaron a mandar dinero.
Ahora son personas atrapadas en Estados Unidos.
En México miles de personas de las zonas rurales se mueven desde Chiapas, Oaxaca o Guerrero a Chihuahua, Sinaloa o Baja California para ocuparse como jornaleros.
La violencia y la falta de oportunidad de poder retornar, está provocando un cambio del destino ante la clausura de la frontera estadounidense, y la violencia que existe en la zona, ahora quienes buscan el desierto para alcanzar el sueño americano, buscan otros países como Canadá, aseguro Sara María Lara Flores, docente investigadora.
"Migrar a Canadá es solamente para, la única alternativa que tiene está gente es de aplicar al programa de Trabajadores Agrícolas Temporales, o programas de trabajadores de baja calificación, estamos hablando de 18 mil personas 20 mil 25 mil contando a los que no solamente van a la agricultura sino van a otras ramas, frente a los millones que tenemos de indocumentados en los Estados Unidos."
Lamentablemente aún en la cuarta transformación el modelo económico sigue priorizando la exportación de mano de obra para que, vía las remesas, se impulse el desarrollo económico.
La gente y el país se han vuelto dependientes de las remesas; no por nada tenemos más de 11 millones de mexicanos en Estados Unidos. El problema es que el dinero no se invierte en proyectos productivos, pues la mayoría de los migrantes lo utilizan para que sus familias sobrevivan.