Caravanas se disuelven y otras avanzan por otros Estados, pero también decenas de migrantes que las conforman se quedan rezagados, buscando la regularización de sus trámites, pero en el trayecto se enfrentan a la discriminación por parte de la población chiapaneca y falta de servicios básicos, como alimento, vivienda y de salud.
Paola Pérez, migrante originaria de Venezuela, desde hace cuatro meses inició la travesía más difícil de su vida, salir de su país e intentar cruzar por territorio mexicano para llegar a Estados Unidos, pero en este trayecto sus dos hijos menores, han padecido problemas de salud, hambre y han estado expuestos a los constantes cambios de clima, acostados en un pequeño tramo de banqueta, la cual se ha convertido en su cama y la vía pública su hogar.