Ante el mal manejo de las presas de la Cuenca del Alto Grijalva, habitantes de Chiapas y Tabasco, viven con el Jesús en la boca, ante las constantes inundaciones por el mal control de las Hidroeléctricas.
Durante mucho tiempo, se dejó de turbinar para no competirle a las empresas particulares, lo que provoca que los vasos, los embalses, estén llenos siempre, que no se turbina en las hidroeléctricas del Grijalva y otras, lo que provoca afectaciones en poblaciones urbanizadas.
Lo anterior permite a las empresas extranjeras vender a la Comisión Federal de Electricidad, la misma energía que genera, y, por si fuera poco, estas empresas reciben un subsidio de 30 mil millones de pesos al año de presupuesto.
"Pero para que vendan las empresas extrajeras la energía eléctrica a la Comisión Federal de Electricidad, tienen que parar la generación de energía de las hidroeléctricas de la Comisión Federal de Electricidad, no turbinan."
El sistema hidroeléctrico de la Cuenca del Río Grijalva comprende cuatro presas, mismas que llegan a generar aproximadamente el 44 por ciento del total de energía hidroeléctrica disponible en el país y para lo cual la federación presentará el próximo domingo un programa aún por definir para el manejo y desfogue de estas hidroeléctricas, Malpaso, La Angostura, Chicoasén y Peñitas.
Instalaciones construidas hace más de 50 años, por lo cual su actualización conlleva desafíos técnicos y de viabilidad.
Central hidroeléctrica Malpaso: Capacidad de generación es de 1080 MW
Central hidroeléctrica La Angostura: Capacidad para generar 900 MW
Central hidroeléctrica Chicoasén: Capacidad de 2400 MW de generación
Central hidroeléctrica Peñitas: Capacidad instalada es de 420 MW
Chiapas pese a ser un gran productor de energía eléctrica que abastece a más del 40 por ciento del territorio mexicano, tristemente obtiene un suministro de este servicio a un costo muy elevado para los hogares, negocios o industrias chiapanecas.