Activistas defensores del medio ambiente en la capital han denunciado que el crecimiento desordenado de la capital continúa y este se da regularmente en la zona sur en donde los asentamientos irregulares persisten, es decir, en zonas de amortiguamiento o de reserva, lo que significa que el daño ambiental va en aumento; dentro de lo que contempla la Meseta de Copoya, los asentamientos humanos y el desarrollo de fraccionamientos no ha parado, a pesar de los estudios que se han presentado sobre los riesgos que implica construir en zonas propensas a deslizamientos de tierra.