En caso de que avance el tema de la reducción del límite legal de las horas de trabajo por semana, de 48 a 40 horas las empresas deben considerar ajustes internos, aseguran especialistas en materia laboral.
Cabe hacer mención que en abril de este año, antes de terminar el período de sesiones, la Comisión de Puntos Constitucionales de la Cámara de Diputados aprobó un proyecto para reformar la Carta Magna y establecer una jornada laboral de cinco días de trabajo por cada dos de descanso, lo que en términos prácticos reduciría el límite legal de 48 a 40 horas semanales.
El tema se retomará en este mes de septiembre en el senado de la República. Para que la propuesta de nueva semana laboral sea una realidad en México, además de la Cámara de Diputados y del senado de la República, la iniciativa de reforma a la Ley Federal del Trabajo, para aumentar de uno a dos días de descanso laboral, requiere ser avalado por lo menos, por 17 congresos de las entidades federativas.
Se trata de un cambio que tiene múltiples implicaciones y costos, para las pequeñas y medianas empresas.
"Una de las principales inquietudes de los patrones son las horas extras, porque están viendo cómo van a suplantar este sexto día de trabajo.
En algunos casos podrán reestructurarse y reasignar funciones, pero en otros casos no es posible parar la línea de producción un día. Esto lleva a reflexionar si será posible cubrir estas horas con tiempo extra o jornadas adicionales.
La iniciativa no contempla ningún tratamiento distinto, en ese sentido, las horas extras que sean trabajadas fuera de la jornada habitual, serán consideradas como horas extras".
En caso de aprobarse el proyecto que avanza en el Congreso de la Unión, lo que se trabaje después de las 40 horas por semana se consideraría como tiempo extra y se tendría que pagar al 100%, siempre que no se excedan tres horas diarias y tres veces por semana.
En caso de rebasar ese límite, se cubrirán con el 200% del salario percibido en el tiempo excedido.