El kilogramo de pollo fresco se ha elevado desde el pasado mes de marzo, teniendo diferentes repercusiones en la economía familiar, pero también para los vendedores de este producto. El kilogramo pasó de 60 a 85 pesos, cerca del 50 por ciento
En este escenario, los estragos no se han hecho esperar: los locatarios exponen que además de las ventas, las ganancias también han caído.
Locatarios señalan que el precio del pollo no es estable desde la emergencia sanitaria, cuando hubo una variación importante, lo que ha provocado su desestabilización desde hace cuatro años.
"En este 2024 subió 5 pesos el kilo, pasó de 75 a 80 pesos. Se espera que por lo menos regrese a los 75 pesos, pero los distribuidores no nos han dicho nada hasta el momento", expresaron los vendedores.
Lamentablemente la economía familiar y los ingresos para los pequeños comerciantes son las principales afectaciones por el incremento en los comestibles.