Tos, mareo, vértigo, cansancio o incluso confusión mental, son algunas de las secuelas que han identificado en pacientes que han contraído la variante Ómicron, síntomas que se llegan a prolongar por más de un mes, incluso aun cuando ya no se tienen rastros del virus en el organismo.
Ante ello, médicos hacen un llamado a la población e indican que, al transcurrir 15 días después de ya no haber presentado ningún síntoma, acudir a los macrocentros de vacunación, ya sea por su dosis de refuerzo o aplicarse la primera o segunda dosis de Pfizer o AstraZéneca.
"Hay veces que pacientes que fueron positivos a COVID pueden durar con secuelas hasta un mes de tos, pero ya el virus no está activo como tal, se pueden vacunar, muchos pacientes les da miedo porque siguen con síntomas y creen que siguen positivos, pero traen pruebas negativas".