La Secretaría de Medio Ambiente e Historia Natural (Semahn), a través de la Dirección de Protección Ambiental y Desarrollo de Energías, promueve en la entidad la elaboración de diagnósticos energéticos para que mediante este estudio se implementen medidas adecuadas y confiables de ahorro y eficiencia en el uso de la energía en los diferentes sectores de la sociedad. Un diagnóstico energético es un documento elaborado por personal técnico especialista en energías, en el cual se identifican variables específicas de un edificio, empresa, comercio u otro, tales como el consumo energético por área, prácticas de uso, orientación y temperatura interna y externa del inmueble, materiales de envolvente, condiciones de la instalación eléctrica, entre otras. Esto tiene como finalidad entenderlas y analizarlas, y a partir de su correlación, identificar oportunidades de ahorro y máximo aprovechamiento de la energía en el desarrollo de cualquier actividad, sin contravenir la operatividad, funcionalidad o el confort de los usuarios. En los últimos años, en la entidad se ha popularizado el uso de tecnologías de generación de electricidad a partir de fuentes renovables como es el caso de los sistemas fotovoltaicos que se alimentan de la radiación solar. No obstante, aunque son un gran aliado para disminuir las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI), así como el costo de facturación del servicio eléctrico, este es el último paso (a veces prescindible) que se debe ejecutar como resultado de un buen diagnóstico energético. Previo a la implementación de energías renovables, lo primordial es que los usuarios pongan en práctica un cambio de hábitos de consumo, haciendo un uso responsable de la energía. Posteriormente, en la medida de lo posible, se debe considerar la sustitución de tecnología obsoleta por una eficiente como es el caso de los focos incandescentes por equipos LED o de los aires acondicionados antiguos por los de tecnología Inverter. Asimismo, se deben tomar en cuenta características del diseño bioclimático como la orientación, ventilación y materiales del envolvente, para la aplicación de medidas que, de forma natural, favorezcan el flujo de aire, la temperatura y la iluminación al interior de los inmuebles, generando confort sin representar una gran inversión económica.