"Si no vuelvo nos vemos en el cielo" dice Neftalí a su mujer antes de salir de casa; el joven taxista a diario se juega la vida para llevar el sustento de su hogar.
La incidencia delictiva en la capital chiapaneca alcanzó ya a los asalariados, quienes ante la competencia desleal del pirataje y la ineptitud de las autoridades del transporte para combatirlo se ven en la necesidad de trabajar horas extra para sacar después de su cuenta la ganancia.
La experiencia en el oficio de ruleteros les permite saber escojer al pasaje al distinguir entre quienes son buenos y quienes son malos, pero a pesar de ello su vida está amenazada.