La temporada de lluvias representa una desventaja para el sector transportista tanto por afectaciones en unidades como pérdidas económicas porque los trabajadores del volante no pueden circular en el momento de precipitaciones.
Carlos Díaz, de oficio taxista, sostiene que los vehículos se dañan al transitar las calles durante una tormenta y también ocurren accidentes.
Cuando llueve, prefieren detenerse por momentos a esperar que la precipitación termine, y esto les genera pérdidas económicas. Además, los usuarios del servicio del transporte público disminuyen su uso porque prefieren quedarse en un lugar seguro antes que exponerse a las lluvias.