En los últimos días un producto de orden alimentario ha generado controversia, se trata de colorante rojo 3, también conocido como eritrosina el cual es un aditivo sintético ampliamente utilizado para dar color a diversos productos, como dulces, postres, medicamentos y cosméticos. Aunque su capacidad para intensificar los tonos rojos en los alimentos lo hace atractivo para la industria, su uso ha suscitado preocupación debido a sus posibles efectos adversos en la salud.
Algunos de los riesgos comprobados para el cuerpo humano son: disruptor endocrino, reacciones alérgicas, efectos neuroconductuales El rojo 3 es un compuesto químico basado en yodo y petróleo que pertenece al grupo más famoso de los colorantes artificiales. Diversos estudios han señalado posibles riesgos asociados con el consumo prolongado o excesivo de este producto uno de ellos ser un potencial cancerígeno.
El rojo 3 se emplea en múltiples industrias, entre las que destacan:
Industria alimentaria
Decoraciones de pastelería, como glaseados y confites.
Cerezas en almíbar.
Bebidas no alcohólicas.
Gelatinas y dulces.
Cosmética:
Labiales, esmaltes de uñas y productos para el cuidado de la piel.
Farmacéutica:
Recubrimiento de pastillas y cápsulas.
Jarabes y productos líquidos.
Ante esta situación la Administración de Alimentos y Medicamentos de los Estados Unidos hizo la observación para el uso y aplicación de este aditivo luego de pruebas realizadas con animales. Sin embargo, en países de Europa este ya fue prohibido para uso alimenticio.
En México desde hace décadas se utilizan colorantes tradicionales en productos locales como curcumia, betabel ,camote rábano, col morada, cochinilla o tomate, sin embargo debido a la industrialización la eritrosina se hace presente.
Aunque el colorante rojo 3 sigue siendo utilizado en la industria alimentaria y cosmética, los riesgos asociados con su consumo no deben ser ignorados.
La clave está en la moderación y en mantenerse informado sobre los ingredientes que consumimos diariamente.