El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, anunció este jueves que firmará una orden ejecutiva para aumentar los aranceles aplicados a las importaciones de otros países, ajustándose a las tasas que esos países aplican a los productos estadounidenses.
"¡HOY ES EL GRAN DÍA: ARANCELES RECÍPROCOS!" publicó Trump en su red social Truth Social, reafirmando su lema de campaña: "¡HAGAMOS GRANDE A ESTADOS UNIDOS OTRA VEZ!"
El presidente ha argumentado que estos nuevos aranceles contribuirán a la creación de empleos en las fábricas estadounidenses. Sin embargo, la mayoría de los economistas advierten que esta medida podría ser perjudicial para la economía estadounidense.
Aseguran que, en lugar de generar beneficios, los aranceles aumentarán los precios de los productos, lo que tendría como consecuencia un mayor costo para los consumidores estadounidenses y agravaría la inflación. De hecho, analistas prevén que esta acción podría tener repercusiones negativas a nivel mundial, frenando el crecimiento económico global.
Trump ha tomado decisiones importantes en las últimas semanas que podrían escalar las tensiones comerciales. El presidente ya ha impuesto un arancel adicional del 10% a las importaciones chinas debido a la relación de ese país con la producción de fentanilo, y también ha preparado medidas arancelarias contra sus dos mayores socios comerciales, Canadá y México, con el objetivo de poner en marcha nuevas tarifas en marzo.
Además, ha eliminado las exenciones para los aranceles al acero y el aluminio, impuestos en 2018. El presidente también ha considerado aplicar tarifas sobre los chips de computadora y los medicamentos, lo que podría aumentar aún más la presión inflacionaria.
La respuesta internacional no se ha hecho esperar. La Unión Europea, Canadá y México ya han preparado represalias económicas para responder a las medidas de Trump. China, por su parte, ha impuesto aranceles a productos estadounidenses, como energéticos y maquinaria agrícola, e incluso ha iniciado una investigación antimonopolio contra Google. Los analistas temen que estos intercambios de tarifas puedan dar lugar a una guerra comercial de grandes proporciones.
Por otro lado, la Casa Blanca ha defendido la política de "aranceles recíprocos" como una forma de igualar las condiciones comerciales entre países y aumentar los ingresos para el gobierno estadounidense. Aunque Trump asegura que los votantes pueden tolerar los aumentos de inflación, la situación ha generado preocupación, ya que los aumentos de precios previos ya afectaron gravemente la popularidad del expresidente Joe Biden en 2022.
A pesar de las críticas y el posible dolor económico, Trump ha insistido en que los beneficios de sus políticas superan los costos. El equipo del presidente argumenta que los aranceles deben sopesar con los recortes fiscales implementados en 2017 y las medidas para reducir el tamaño del gobierno. Sin embargo, los analistas sugieren que estos aranceles podrían frenar el crecimiento en el corto plazo, con efectos negativos sobre la inversión y el empleo en Estados Unidos.
La incertidumbre económica derivada de estos cambios en las políticas comerciales plantea serias dudas sobre el futuro cercano. Según un informe del banco Wells Fargo, los aranceles impuestos por Trump probablemente perjudicarán el crecimiento económico en 2025, mientras que los recortes fiscales podrían aliviar la situación en el largo plazo, en 2026.