La explotación y el trabajo infantil son problemáticas persistentes en México, afectando a millones de niños y niñas en todo el país.
Según datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), alrededor de 3.3 millones de niños y adolescentes de entre 5 y 17 años se encontraban trabajando. Esto representa el 11.5% de la población en este rango de edad. De este total, un 71% se dedica a labores peligrosas, como la agricultura, la construcción y la minería, sectores donde enfrentan riesgos graves para su salud y seguridad.
Además, se estima que el 23% de estos menores no asiste a la escuela, lo que perpetúa el ciclo de pobreza y falta de oportunidades. Las causas de la explotación infantil en México son multifacéticas, incluyendo la pobreza, la falta de acceso a una educación de calidad y la necesidad de muchas familias de contar con ingresos adicionales. Las zonas rurales y las comunidades indígenas son especialmente vulnerables a esta problemática.
Es crucial seguir fortaleciendo las políticas públicas y las intervenciones sociales para proteger a la niñez mexicana y garantizar su derecho a una infancia libre de explotación.