Investigan decapitación de alcalde en el sur de México
La presidenta Claudia Sheinbaum, informó este lunes que el Gobierno está llevando a cabo investigaciones sobre el asesinato de Alejandro Arcos, alcalde de Chilpancingo, Guerrero, quien fue decapitado el domingo. Arcos, del Partido Revolucionario Institucional (PRI), había asumido su cargo apenas seis días antes, el 30 de septiembre, y su muerte ha generado gran conmoción.
En su conferencia diaria, Sheinbaum indicó que se están revisando los detalles del caso y que se procederá a realizar las detenciones necesarias. La cabeza del alcalde fue encontrada en el toldo de un vehículo cerca del camino de libramiento a Tixtla, mientras que el resto de su cuerpo se hallaba en el asiento del copiloto. Vecinos reportaron el hallazgo a las autoridades alrededor de las 17:00 horas, hora local, lo que desencadenó una respuesta policial inmediata.
Días antes, el secretario general de Gobierno de Chilpancingo, Francisco Tapia, también fue asesinado, lo que evidencia un aumento de violencia en la región. Ante estos hechos, Sheinbaum aseguró que el martes presentará una estrategia integral de seguridad, reforzada por la colaboración entre la Secretaría de Seguridad, la Marina y la Defensa Nacional. "Vamos a trabajar con mayor presencia de autoridades e inteligencia en algunos estados", afirmó la mandataria.
El Gobierno federal ha expresado que están evaluando si el caso debe ser atraído por la Fiscalía General de la República (FGR), aunque por el momento trabajan en coordinación con la Fiscalía del Estado de Guerrero. Sheinbaum subrayó que Chilpancingo no figura entre los municipios con mayor índice de homicidios en el país, aunque reconoció que la violencia ha aumentado debido a disputas entre grupos del crimen organizado.
Estas acciones forman parte de una estrategia más amplia para mejorar la coordinación entre sistemas de inteligencia y la fiscalía, con el objetivo de agilizar las investigaciones y detenciones. La presidenta añadió que se propondrán cambios a la ley que permitan una mayor eficacia en los procesos de judicialización, buscando frenar la violencia que afecta a diversas regiones del país.
Alejandro Arcos había señalado como prioridad de su gestión la seguridad y la paz en Chilpancingo, y en su toma de posesión prometió trabajar en conjunto con el Ejército Mexicano. Sin embargo, su asesinato evidencia la compleja situación de violencia en Guerrero, donde el control territorial y los enfrentamientos entre grupos criminales han generado un clima de inseguridad constante.
La violencia en Guerrero sigue siendo un desafío para el Gobierno, que ahora enfrenta la difícil tarea de restaurar la paz en una región afectada por el narcotráfico, la extorsión y otros delitos. Con el asesinato de Arcos, el llamado a una mayor seguridad se vuelve cada vez más urgente para la población local, que espera respuestas rápidas y efectivas de las autoridades.