Ingerir calcio y evitar hábitos negativos como el consumo de tabaquismo y el alcohol pueden contribuir a la prevención de la osteoporosis, una enfermedad en la que se presenta una disminución de la masa ósea, generando que los huesos se vuelvan frágiles y propensos a fracturarse.
La osteoporosis, en sus etapas iniciales, no presenta sintomatología; en sus períodos avanzados se observa dolor de espalda, pérdida de estatura, postura encorvada, y fragilidad ósea.
Algunas de las causas más relevantes que contribuyen al desarrollo de la osteoporosis son menopausia, herencia genética, una dieta baja en calcio, falta de ejercicio y fumar.
La prevención de esta enfermedad comienza desde la infancia, mediante una alimentación balanceada rica en calcio. Se recomienda ingerir de mil a mil 200 miligramos de calcio cada día, dosis que se puede obtener de alimentos como lácteos bajos en grasa como; leche, yogurt y queso; vegetales de hoja verde oscuro, como el brócoli, col rizada, rábano, así como sardina y salmón.
Una densitometría ósea después de los 40 años de edad, ayuda a prevenir y evaluar la proporción de minerales en los huesos.