En esta temporada, los campos de la comunidad Rancho del Padre del municipio de Medellín, se tiñen de violeta y naranja, por los sembradíos de la flor conocida como Moco de Pavo y cempasúchil.
La señora Minerva es la última mujer de la congregación en dedicarse a la plantación de estas flores que adornan los altares y tumbas en el día de muertos.
En esta época detienen las siembras de maíz y frijol para dedicarse por cinco meses al cuidado de las flores que son representativas del día de muertos.
Doña Minerva busca seguir con la tradición familiar de la siembra de cempasúchil y moco de pavo, que inició desde generaciones atrás.
El moco de pavo, con tonos que van de púrpura a violeta, simboliza la expresión de la Sangre de Cristo y la Resurrección. Para los pobladores del México antiguo el cempasúchil representa al sol, por eso la utilizan para crear senderos y guiar a sus seres queridos a los altares.
Sin duda estas flores, son representativas de la celebración cada 1 y 2 de noviembre de los vivos para honrar a los que ya no están.