"El que no vive para servir no sirve para vivir", era la frase de María Guadalupe Martínez Aguilar, quien este 30 de junio recibió el último adiós de parte de familiares, amigos y miembros de la Universidad Valladolid.
A un día de la tragedia, la institución abrió sus puertas para despedir a la rectora, quien fuera asesinada en un presunto intento de robo ocurrido en las inmediaciones de la universidad.
El servicio funerario y la misa de cuerpo presente tuvo lugar en las instalaciones de la escuela para honrar a la docente.
La mayoría de los asistentes salió con reserva de la institución tras la misa de cuerpo presente.
Aunque Marco Antonio prefirió hablar sobre la bondad y carisma que caracterizaba a la María Guadalupe, quien además de apoyarle con sus estudios, se convirtió en su suegra.
El joven de 18 años mencionó cómo la rectora se volvió aficionada al fútbol tras la creación de los Toros Valladolid.
Y aseguró que jamás olvidará los viajes y partidos en los que apoyó el talento de sus alumnos, quienes pudieron continuar sus estudios gracias a las becas deportivas que ella otorgaba.
"Regálame una carrera" le decía la profesora a sus estudiantes, en alusión a que quería verlos superarse profesionalmente a cambio del apoyo que les brindaba.
Así como Marco Antonio, familiares y amigos pudieron acompañar a María Guadalupe una última vez hasta el panteón Bosques del Recuerdo, donde ahora yacen sus restos.