Las agresiones con ácido en México han aumentado desde hace varios años, actualmente los casos son más constantes.
Este ataque les causa heridas y quemaduras permanentes que solo reflejan el machismo, el odio, los celos, la sed de venganza de los victimarios y son una de las formas más brutales de agresión contra las mujeres.
De acuerdo a activistas, anualmente hay alrededor de 2 mil 400 casos de agresiones con ácido en el país, sin embargo en su mayoría no son denunciados, pues ocurren en zonas de alta vulnerabilidad. Aunque consideran un avance el hecho de visibilizar el tema.
Un caso que generó la controversia de buscar la tipificación de este delito como grave fue el de la saxofonista María Elena Ríos, quien estuvo a punto de perder la vida al ser atacada con ácido por su pareja, quien narra lo difícil que fue denunciar.
Ante este hecho, feministas, colectivas y cientos de mujeres de la sociedad civil exigieron que se tipificara este tipo de violencia con sanciones mayores; sin embargo en algunas entidades aún es un delito menor.
Veracruz se ha sumado a Oaxaca, Puebla, Baja California y Ciudad de México, en donde se sanciona a quienes utilicen sustancias químicas ácidas o corrosivas para dañar a una persona, como parte de las reformas a la ley de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia.
Además, se determina que este delito será considerado tentativa de feminicidio, cuando las lesiones cometidas contra la mujer provoquen resección parcial o total de las mamas, alteración en el aparato genital, en las funciones de reproducción sexual o atente contra el ejercicio de la autonomía sexual.