Bellarmino y María, víctimas de policías en Atzalan
Familiares y amigos de Bellarmino Cardeña, y su nieta de 11 años María Magdalena, les dieron el último adiós en el panteón municipal de Atzalan este sábado, en medio de lágrimas y el reclamo de justicia.
La familia sigue de luto y no encuentra explicación tras lo ocurrido, pues aseguran que Bellarmino Cardeña fue un hombre recto, dedicado al campo, que fungió como agente municipal y siempre estaba al servicio de la comunidad.
Recuerdan que era aproximadamente la una y media de la mañana del jueves 9 de enero cuando Bellarmino y María Magdalena fueron acribillados por elementos de la Policía Estatal y Fuerza Civil.
Todo comenzó cuando ambas víctimas descansaban en compañía de otra menor de 5 años y la señora Genoveva, esposa del hombre que edificó su humilde vivienda de madera en la comunidad de Tepetzintla.
Tras escuchar ruidos y el golpeteo violento de la puerta de su casa, el hombre de 61 años entró en alerta y exigió que los extraños se identificaran.
Al no obtener respuesta del exterior, Bellarmino sacó un arma pensando que intrusos intentaban ingresar por la fuerza para robar, ya que su mismo hogar había sido adaptado como tienda.
De acuerdo a la familia Cardeña, los efectivos irrumpieron en la vivienda rompiendo la puerta frontal, por lo que terminaron intercambiando disparos con Billermino, sin importar que al interior había una mujer y dos menores de edad.
La contundencia de los elementos de seguridad acabó con la vida del hombre, aunque las balas también alcanzaron a la pequeña María Magdalena, quien cayó fulminada al interior del domicilio tras recibir un disparo en la cabeza.
El pánico se apoderó de Genoveva, la menor que le acompañaba, y demás integrantes de la familia que se encontraban en una casa contigua a donde ocurrió el asesinato.
Las marcas de los proyectiles aún son visibles en el espacio donde murieron Bellarmino y su pequeña nieta.
Incluso, los primos de la menor evidencian el hallazgo de balas percutidas que aún se encontraban en el lugar de los hechos, donde las autoridades ministeriales ya habrían realizado las diligencias.
Tras el hecho, el Gobierno de Veracruz informó de manera oficial que la muerte de la menor y el sexagenario fue producto de un enfrentamiento entre efectivos de seguridad y civiles armados.
La autoridad precisó que cuatro elementos resultaron lesionados, aunque lograron la detención de tres sujetos que presuntamente iniciaron la refriega.
Sin embargo, los familiares de las víctimas aseguran que tal enfrentamiento no existió, y que los uniformados irrumpieron en las viviendas de manera arbitraria, atemorizando a mujeres y niños.
Hoy la familia Cardeña prefirió no dar más declaraciones ante el miedo, pues jamás imaginaron que la violencia tocaría literalmente hasta la puerta de su hogar.
