El calor trae consigo diversos efectos positivos en las personas, entre los que destacan el ánimo por realizar actividades al aire libre, la motivación, el buen ánimo e incluso la sana alimentación.
La exposición de la piel al Sol genera vitamina D3 que es activada por los rayos UV
Fuente: Ciencia UNAM
Sin embargo, las altas y constantes temperaturas también pueden propiciar efectos adversos, tales como estrés, ansiedad, irritabilidad, e incluso problemas para dormir.
Estos efectos físicos, sumados a otras circunstancias como problemas personales, laborales o incluso, los conflictos viales, pueden desencadenar todo tipo de reacciones inesperadas.
El riesgo de muerte por agresión aumenta 1.4% por cada grado centígrado en la temperatura ambiente.
Fuente: Yale Journal of Biology and Medicine
El cuerpo humano se encarga por sí solo de controlar la temperatura a través de la transpiración, aunque también podemos ayudarlo por medio de la hidratación, utilizando ropa adecuada y evitando salir durante las horas de mayor calor.
Temperatura corporal normal oscila entre 36.5°C y 37°C.
Fuente: Secretaría de Salud
Reducir la temperatura de las ciudades luce como una tarea prácticamente imposible y de acuerdo con especialistas, para este efecto no hay vuelta atrás.
Si bien las altas temperaturas generan diferentes efectos, el aumento de estas compete a todos como sociedad, para aprender cómo hacer frente a las mismas y evitar verse afectado por el calor.