Por: Andrés Solis // @aasolisa
Con el regreso de Donald Trump a la presidencia de Estados Unidos, viene el arribo de un nuevo embajador, destacado por ser del ala dura, con experiencia militar y que en sus cartas credenciales trae también la experiencia de combatir a bandas del crimen organizado.
Athanasios Hristoulas, profesor e investigador de Relaciones Internacionales en el Instituto Tecnológico Autónomo de México, dice que "es un embajador curioso en el sentido de que sí es un halcón, sí es alguien que escogió Trump, sí es alguien que estuvo en el ejército, que trabajó en la CIA, de hecho trabajó durante los años 80 en América Latina para el ejército".
Por su parte, Francisco Gil Villegas, profesor e investigador del Centro de Estudios Internacionales de El Colegio de México, destaca "al embajador Johnson no le van a poder tapar la boca, va a hacer declaraciones muy incómodas y va a haber posiciones de conflicto, a menos que el gobierno de México sea capaz de entregarles algunas posiciones con respecto a la migración".
Así definen académicos al futuro embajador de Estados Unidos en México.
Ronald Douglas Johnson, originario de Alabama, entidad donde persisten el racismo y los grupos supremacistas blancos.
Casado con una cubana, habla un perfecto español y presume su afinidad con la cultura latinoamericana.
Exintegrante de las fuerzas especiales del ejército estadounidense, fue también agente de la CIA.
En los años ochenta apoyó al ejército salvadoreño que enfrentó durante la guerra civil en El Salvador, país al que regresó como embajador en 2019 para apoyar la estrategia de seguridad del presidente Nayib Bukele.
"Lo designó Donald Trump por su muy exitosa gestión como embajador de Estados Unidos en El Salvador con el régimen de Bukele, que llegó y le puso una serie de reglas de endurecimiento de la posición que iban a tener en contra del crimen organizado, los cárteles, etc", añade Francisco Gil Villegas.
Aunque se le identifica como un diplomático del ala dura, especialistas lo ven como un tipo pragmático con habilidades para negociar.
Así Athanasios Hristoulas, prevé que "se va a enfocar en diplomacia transaccional, lo que significa es que no va a tratar de ganar en todo, no necesariamente ganar en uno lo va a conectar en ganar otro".
Este nuevo embajador trabajará de la mano del zar de migración designado por Trump, Tom Homan, y ante esto, el gobierno mexicano deberá asumir una postura para los próximos años.
Gil Villegas, asegura "a la presidenta Sheinbaum le van a indicar que no conviene en darle un status de tanta beligerancia, pero él puede hacer declaraciones públicas, ¿cómo le van a parar si en algún día decide en su embajada, convocar una rueda de prensa? Y hacer una declaración tipo bomba?"
Hoy en día, en casi cualquier ciudad de México, es fácil encontrar cadenas de comida rápida donde lo principal no es solo el sabor, sino la velocidad con la que te sirven: de ahí su nombre
Ya sea que se te antojen tacos, hamburguesas, hot dogs, pizza o pollo frito, la oferta es tan variada como accesible. Pero, ¿cómo pasamos de comprar tamales y atoles en la banqueta en los años 60, a comer en restaurantes de cadena esperando encontrar un juguete en su menú infantil?
Aquí te lo contamos
Aunque México es un país con una rica tradición culinaria y alimentos propios ?incluida la comida rápida nacional como el taco, del que se tiene registro desde los tiempos de Moctezuma?, la llegada y posterior expansión de las cadenas estadounidenses tuvo un impacto casi inmediato en la cultura, tanto popular como alimentaria.
Antes de la irrupción de estas franquicias, la cocina mexicana se basaba en ingredientes como maíz, frijoles y verduras, y en técnicas profundamente arraigadas a la historia indígena, como la nixtamalización para elaborar tortillas o el uso del molcajete para preparar salsas.
Platillos como el pozole, el mole y las tortas eran parte del menú cotidiano en la década de 1960, aunque ya comenzaban a aparecer influencias extranjeras en restaurantes tipo diner en ciudades fronterizas como Tijuana y Ciudad Juárez
Para 1960, México vivía un proceso acelerado de industrialización que transformó los hábitos de vida, incluyendo los alimenticios. Las largas jornadas laborales y el crecimiento de las zonas urbanas exigían opciones de comida más rápidas y convenientes.
Fue en este contexto ?y bajo la creciente influencia de la cultura estadounidense? que llegó Kentucky Fried Chicken (KFC) en 1963. Algunos registros señalan que la primera sucursal se instaló en Insurgentes Sur, Ciudad de México, mientras que otras versiones apuntan a Monterrey como el punto de arranque.
México fue el primer país fuera de Estados Unidos en recibir la receta secreta del Coronel Sanders
La llegada de KFC a México marcó un antes y un después para la industria de la comida rápida en el país. Con su emblemático eslogan "Para chuparse los dedos" y la imagen inconfundible del Coronel Sanders ?traje blanco, bigote y perilla incluidos?, la cadena introdujo un nuevo modelo de consumo: comida rápida estandarizada, algo muy distinto a la cocina casera o los tradicionales restaurantes locales.
Por primera vez, los mexicanos podían probar un platillo que hasta entonces sólo habían visto en las películas extranjeras.
Este lugar ofrecía una forma totalmente distinta de preparar el pollo, muy alejada de lo que tradicionalmente se consumía en México, como el mole o el caldo de pollo
El crecimiento poblacional en México, sumado al desarrollo de infraestructura urbana ?como nuevas carreteras, centros comerciales y zonas industriales?, así como el aumento en la demanda de productos y servicios más convenientes, creó el escenario ideal para la expansión de las cadenas estadounidenses de comida rápida.
A esto se sumó la fuerte influencia cultural y económica de Estados Unidos, que ya se hacía notar en distintos aspectos de la vida cotidiana.
Tras la llegada de KFC, McDonald?s fue la siguiente gran cadena en conquistar el apetito mexicano. En 1985 abrió su primera sucursal en el país, ubicada en la zona de El Pedregal, Ciudad de México
Según reportes de la prensa de la época, el furor fue inmediato: "Más de una semana después de que se abriera el primer restaurante McDonald's en México, largas filas se extendieron a las calles mientras la gente esperaba pacientemente el sabor de su primer Big Mac hecho en México".
Saul Kahan, presidente de Fast Food Systems ?socio local de McDonald?s en México?, atribuyó el éxito instantáneo a la familiaridad que muchos mexicanos ya tenían con la marca gracias a sus viajes a Estados Unidos, además de la "curiosidad" por este nuevo estilo de servicio rápido.
Marta Zetina, entrevistada por la agencia UPI en ese entonces, comentó: "Siempre que iba al país vecino comía una de estas hamburguesas, por eso vinimos aquí, para ver si era lo mismo". Sus hijos adolescentes confirmaron que el sabor era prácticamente idéntico al de los McDonald?s en Estados Unidos: "muy parecido", dijeron.
En palabras del empleado Juan Carlos Cabeza: "McDonald?s fue un éxito instantáneo porque era un símbolo de la cultura estadounidense"
Cabe destacar que, antes de la llegada de las grandes cadenas estadounidenses, México ya contaba con su propia marca de hamburguesas: Burger Boy, fundada en 1968.
Durante los años 70 y 80, la cadena ganó una enorme popularidad, al punto de convertirse en un verdadero ícono de la época.
Su presencia era constante en la televisión, con campañas publicitarias protagonizadas por celebridades como Chabelo, Paco Stanley y una joven Salma Hayek.
Todo parecía indicar que Burger Boy estaba destinado a quedarse en el corazón de los mexicanos
Para 1974 ya contaba con casi 50 sucursales y apostaba por estrategias publicitarias muy similares a las de su contraparte estadounidense: anuncios durante programas familiares, menús infantiles con juguetes y una imagen amigable pensada para toda la familia.
Sin embargo, a pesar de su éxito inicial, Burger Boy no logró competir con el poderío global y la infraestructura internacional de McDonald?s, que poco a poco fue ganando terreno hasta convertirse en la marca dominante en el país.
A pesar de una renovación en 1994, la cadena fue vendida en 1996 a Grupo Maseca, que posteriormente la transfirió a la estadounidense Whataburger. Finalmente, las sucursales fueron absorbidas por Burger King, desapareciendo así la marca
La consolidación de la comida rápida en México se vio impulsada por la firma del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), que eliminó barreras comerciales y facilitó la entrada de cadenas internacionales, además de permitir el acceso a ingredientes procesados.
Establecimientos como Pizza Hut, Burger King, Domino's Pizza y Subway se convirtieron en opciones rápidas y económicas para satisfacer las necesidades de la industrialización, largas jornadas laborales y el limitado tiempo disponible para cocinar.
Las hamburguesas, pizzas, pollo frito, hot dogs y sandwiches ganaron popularidad entre trabajadores, estudiantes y familias, desplazando en parte a las tradicionales taquerías y fondas.
La clase media emergente, influenciada por la cultura estadounidense, adoptó la comida rápida como símbolo de modernidad. Sin embargo, con su expansión también comenzó a reflejarse un impacto en la salud
La comida rápida se caracteriza por su alto contenido calórico, grasas saturadas, sodio y azúcares añadidos.
Este tipo de alimentos contribuye al aumento del riesgo de enfermedades cardiovasculares, hipertensión y diabetes tipo 2.
Además, su consumo frecuente puede provocar indigestión, hinchazón, fatiga y picos de glucosa, especialmente cuando se acompaña de bebidas azucaradas.
Debido a estos efectos negativos y al auge en la popularidad de la comida rápida, hacia finales de los años noventa las autoridades comenzaron a prestar mayor atención al problema.
La Encuesta Nacional de Nutrición de 1999 reveló diferencias significativas en el estado nutricional de la población.
Para el año 2000, los datos ya mostraban que el 67% de las mujeres y el 61% de los hombres adultos presentaban sobrepeso u obesidad.
La situación también alcanzó a los más pequeños: en 1999, el 9% de los niños de entre 5 y 11 años ya presentaban obesidad
Por otro lado, la dieta tradicional mexicana ?rica en fibra, frutas, vegetales y legumbres? ha demostrado ser más saludable en comparación con las opciones de comida rápida.
Esta alimentación puede reducir significativamente el riesgo de enfermedades crónicas como la diabetes tipo 2, hipertensión y padecimientos cardiovasculares.
No obstante, el uso excesivo de frituras o grasas puede contrarrestar estos beneficios.
A pesar del avance de la comida procesada, la cocina tradicional sigue siendo la base de la dieta en muchas regiones de México, especialmente en zonas rurales y entre sectores de menor nivel socioeconómico
Platos como los tacos, el pozole y la clásica comida corrida aún forman parte del día a día en hogares y fondas del país.
Sin embargo, la transición hacia alimentos ultraprocesados va en aumento, marcando un cambio importante en los hábitos alimenticios de la población.
Según datos de Statista, en junio de 2023 había aproximadamente 68,000 locales de comida rápida en México, una cifra inferior a las más de 120,000 taquerías registradas por el INEGI, sin incluir los puestos ambulantes.
Un estudio de mercado, elaborado por Mercawise, de 2020 reveló que el 52.6% de los mexicanos consume comida rápida de 1 a 3 veces por semana, lo que ha abierto un mercado que va más allá de las grandes cadenas.
Hoy en día, es común encontrar puestos de comida rápida en varias partes del país. Estos establecimientos han dado paso a nuevos emprendimientos con recetas que evolucionan, pero que al mismo tiempo han hecho que estos platillos sean más calóricos y menos saludables.
Por ejemplo, la tradicional hamburguesa ahora se ofrece con piña, jamón, queso manchego, chorizo, versiones dobles, de cuarto de kilo o jumbo. En cuanto a las pizzas, se pueden encontrar variaciones como la mexicana, hawaiana, de chorizo o combinada.
Una Big Mac tiene 580 calorías, según McDonald's, mientras que un tazón de pozole tradicional tiene unas 280 calorías, según MyPlate.gov. La diferencia está en el precio, el tiempo de preparación y la elección de salud
Para 2024, México ocupa el primer lugar mundial en obesidad infantil y el segundo en obesidad en adultos, según la UNAM. Ante este panorama, se han implementado varias medidas para combatir este problema, tales como:
Por segundo mes consecutivo se registró en Xalapa el intento de una persona por atentar contra su vida, desde lo alto de un puente peatonal, en esta ocasión tal como ocurrió el pasado 19 de abril peatones también lograron evitar una tragedia.
Los hechos ocurrieron en la estructura ubicada frente a la Escuela Normal Veracruzana, sobre la avenida Xalapa, en donde una mujer embarazada, de entre 35 y 40 años, amenazó con lanzarse al vacío, afortunadamente algunos peatones que cruzaban por el puente, lograron detenerla.
Posteriormente al sitio arribó personal de los cuerpos de emergencias los cuales se encargaron de brindar la atención a la fémina, quien se encontraba visiblemente afectada.
Familiares de Sergio Montiel Rojas, desaparecido el pasado 4 de mayo en el municipio de Las Vigas de Ramírez, se manifestaron para exigir la intervención de la gobernadora Rocío Nahle, para que se agilicen los trabajos de búsqueda.
Los manifestantes señalan que perdieron contacto con el hombre de apenas 20 años, y quien se desempeña como taxista, desde hace ya tres días, en donde el único reporte que los acerca a dar con el mismo, es la localización de su unidad, un automóvil de la marca Hyundai, color blanco.
Sergio tiene una estatura de 1.78 m, ojos color café oscuro, es de piel morena clara, tiene cabello corto y lacio, además de contar con tatuajes en ambos brazos.