Como todos los años, muchas familias realizan diferentes actividades para las vísperas de fin de año, sin embargo hay algunas que ya son tradición para culturas y pueblos enteros.
Para finalizar este ciclo de 365 días, gran parte de los países latinoamericanos tienen como tradición la creación de muñecos tamaño hombre, rellenos de diferentes materiales y vestimentas para representar el año que está por concluir.
Don Rosendo desde hace 10 años se dedica a la venta de los tradicionales viejos y asegura que esto le ayuda a obtener un poco más de dinero para comprar los ingredientes de la cena familiar que año con año realizan?
Mencionó, que estos muñecos son hechos por él mismo, rellenos de viruta, residuo de la madera, algunos con cohetes y ropa vieja
Pero ¿cómo surgió esta tradición?, pues se dice que sus inicios se localizan en la ciudad Guayaquil-Ecuador, la cual se vio amenazada por un brote de fiebre amarilla y como medida sanitaria confeccionaron atados de paja y ramas con los vestidos de los familiares muertos, para quemarlos en la calle el último día del año y ahuyentar así la peste y la desesperanza.
El muñeco representa el año que termina, se elabora con ropa vieja, cartón, papel, relleno de paja, aserrín, viruta u otro material que esté a la disposición siempre relleno con pólvora para después ser quemado a la medianoche del 31 de diciembre a la víspera del año nuevo.
Esta práctica se realiza en varios países latinoamericanos, desde México, Uruguay, Colombia, Venezuela, Ecuador, Nicaragua, entre otros.