11 meses secuestrado en un barco y tres más en una casa de seguridad, fue el tiempo que pasó Arturo Zacarías Meza, Marcos Gómez Jerez y 23 tripulantes de diferentes nacionalidades, en tierras de guerra del Medio Oriente, en donde un grupo de rebeldes de Yemen los aseguraron cuando navegaban por el Mar Rojo creyendo que eran espías israelitas.
En entrevista para Meganoticias Xalapa, el marino detalló la forma en la que arribaron los militares de esa zona, además del sometimiento que sufrieron al ser interceptados.
"En un inicio pensamos que eran piratas, porque en esa zona donde andábamos por Somalia, hay piratas y nos dicen no, no, somos piratas, somos del grupo de rebeldes hutíes del país de yemen, pues el motivo por el cual los estamos atrapando es porque el dueño del barco es un iraelí, de ahí nos empezaron a explicar que todo esto era por la guerra".
Para los padres del marino veracruzano, fue un momento de desesperación e incertidumbre, creyendo que su hijo no regresaría, sin embargo buscaron la intervención del gobierno mexicano, en donde la respuesta fue positiva, y que al recibir la primera llamada del joven fue un alivio.
La señora María Teresa Meza, madre de Arturo expresó que fueron momentos muy difíciles, creía que jamás volvería a ver a su hijo, hasta que recibieron la primera llamada de Arturo asegurando que estaba bien.
"Fue una situación bastante, bastante difícil, triste preocupante, sin saber que hacer, a quién acudir ni cómo íbamos a hacer para traerlo (...) El 13 de diciembre, fue que recibimos una llamada, pues todos corrimos, todos gritamos, pero era una llamada de 5 minutos, mami estoy bien".
Por su parte, Arturo Zacarías Ortega, padre del joven, dijo que fueron momentos muy fuertes, en donde incluso les repercutió en su salud, al no tener noticias de lo que estaba sucediendo.
"Fue una experiencia fuerte para nosotros, porque a veces sentíamos que no iba a regresar por la situación que estaba pasando allá, la verdad fue mucho tiempo de angustia".
Arturo Zacarías, es ingeniero naval de 32 años, quién ama el mar, ha vivido la experiencia más intensa de su vida; y ahora narra con tranquilidad que pese a que no fueron maltratados durante el cautiverio, la preocupación de saber cuando los liberarían tuvo un efecto psicológico, el cual afirma atenderá para volver a embarcarse, aprendiendo que lo más importante es su familia.
"Mucho aprendizaje, lo primero es aprovechar el tiempo con las cosas que me gustan hacer con mi familia, con mis seres queridos, porque me di cuenta que en un ratito, de un momento a otro la vida puede cambiar".