México rechaza ser "tercer país seguro" ante deportaciones
La presidenta de México, Claudia Sheinbaum, aseguró este martes que, aunque el país ha recibido deportados de otras nacionalidades en la primera semana del gobierno de Donald Trump, México no se convertirá en un "tercer país seguro" como lo plantea Estados Unidos con otros países de América Latina.
Sheinbaum explicó que, como en administraciones anteriores, México mantiene una coordinación y comunicación constante con el gobierno estadounidense para atender las deportaciones, pero no aceptará una política que lo convierta en un receptor obligatorio de migrantes de otras nacionalidades.
En su conferencia matutina, la mandataria mexicana reaccionó a las críticas de la oposición, quienes cuestionaron que México haya recibido, entre el 20 y el 26 de enero, 4,094 deportados, no todos mexicanos. Sheinbaum destacó que, como parte de su gobierno humanista, México actúa con respeto hacia los derechos humanos de los migrantes, sin importar su nacionalidad, y recordó que en situaciones de frío extremo, como en Ciudad Juárez, se atiende a todas las personas, sin hacer distinción de su origen.
La presidenta subrayó que el gobierno mexicano ha seguido el mismo protocolo de coordinación con Estados Unidos que en gobiernos anteriores, y que no es algo nuevo recibir deportados de otras nacionalidades. "Si hay una persona extranjera en la frontera, nosotros por razones humanitarias no podemos, con -7 grados, no atender a las personas", señaló, reafirmando el compromiso de México con la ayuda humanitaria.
Sheinbaum también destacó la diferencia entre la situación de México y la de El Salvador, que está negociando un acuerdo con Estados Unidos para convertirse en un "tercer país seguro", lo que permitiría a EE.UU. deportar migrantes de otras naciones, incluidos supuestos miembros del crimen organizado. "Nosotros tenemos coordinación, pero sin subordinación", insistió la presidenta, aclarando que México no aceptará políticas que comprometan su soberanía.
Ante la pregunta sobre si México recibiría deportados en aviones militares, Sheinbaum indicó que, hasta el momento, no se han recibido deportados a bordo de aeronaves militares, sino en vuelos civiles, lo que refuerza su postura de soberanía y control sobre el proceso de deportación.
El gobierno mexicano se ha mostrado preocupado por las posibles deportaciones masivas que el presidente Trump prometió en su campaña, dado que los mexicanos representan aproximadamente la mitad de los 11 millones de indocumentados en EE.UU.
Las remesas enviadas por los migrantes mexicanos son una fuente clave de ingresos para el país, representando casi el 4 % del Producto Interno Bruto (PIB). En 2024, se estima que México recibirá un récord de 65,000 millones de dólares en remesas.
Sheinbaum concluyó destacando que, a pesar de las dificultades, México actuará siempre con dignidad y responsabilidad, buscando proteger su soberanía y el respeto de los derechos de los mexicanos, al tiempo que mantiene un diálogo abierto con otros países de América Latina para que reciban a sus deportados directamente desde EE.UU. sin pasar por territorio mexicano.