El feminismo surgió como un movimiento de las mujeres con el objetivo de crear conciencia y abatir la desigualdad de género, mismo que continúa con su lucha hasta el día de hoy.
Esto a su vez provocó que muchos hombres se preguntaran que estaban haciendo para ser empáticos con la lucha de las mujeres y analizar así diversas conductas y formas de pensamiento.
Actualmente, tal como ocurre con el feminismo, las masculinidades tienen una mayor visibilidad y es algo de lo que se habla con mayor frecuencia, dada la búsqueda de esta igualdad.
Históricamente conceptos como masculinidad, hombría o virilidad han sido asociados a cuestiones que van de la mano con la violencia y el cómo el género debe actuar ante ciertos estímulos, desde el peligro, la felicidad o incluso la tristeza.
Aunque existen decenas de hombres que buscan encontrar un equilibrio, la igualdad e incluso la deconstrucción para generar nuevas y más sanas masculinidades, también existen otros tantos que apelan por perpetuar comportamientos tradicionales.
Como sociedad se han tenido aciertos y errores, reconocer y desaprender ideologías asociadas al género masculino que no aportan algo positivo en la búsqueda del cambio para una mejor y más sana interacción con los demás, también forma parte para la generación de las nuevas masculinidades.