Dentro de la celebración en honor a la Virgen de Guadalupe perdura la ya tradicional presentación de niñas y niños vestidos de inditos en las iglesias.
La intención de las familias es pedir la intercesión de la virgen del Tepeyac para que sus hijos tengan salud, bienestar y prosperidad a lo largo de toda su vida.
Para algunos este 12 de diciembre significó su primer año como devotos guadalupanos.
Aunque son varios los creyentes que generación tras generación llevan a cabo esta tradición, incluso desde la concepción.
Los peregrinos también rezan a la virgen por la salud de sus familiares enfermos, la abundancia económica y la seguridad de sus familias.
Siempre con gran fe y devoción.
Elías Durán / Reportero