Las redes sociales son ya una parte importante en la vida de millones de personas en el mundo, ayudan a los internautas a estar conectados a través de grandes distancias, compartir contenido, mensajes y fotografías por las que algunos están dispuestos a darlo todo.
Selfies con animales salvajes, a la orilla de acantilados, a unos centímetros de cascadas o incluso de trenes en movimiento han cobrado la vida de cientos de personas en el mundo.
Entre 2008 y 2021 murieron 379 personas por intentar una selfie
Fuente: Fundación IO
Aunque la motivación para omitir pasar por alto los riesgos puede provenir de diversas fuentes, esta práctica se vuelve cada vez más recurrente y por ende los accidentes también, tan solo en México en los meses de mayo y junio dos mujeres murieron en accidentes relacionados con trenes y la captura de fotografías.
Distribución de muertes por país.
Fuente: Fundación IO
Ante tal situación es prioritario tener presente que, entre los principales consumidores de los contenidos en redes sociales se encuentran millones de menores de edad, los cuales en muchos casos buscan replicar lo que ven en la pantalla.
La búsqueda de aceptación y reconocimiento en redes ha provocado que se restrinja el acceso a sitios o atracciones turísticas, con el fin de evitar percances y que así las personas estén más seguras en sus pantallas que viviendo en el mundo que los rodea.