La presidenta de México, Claudia Sheinbaum, rechazó este martes las demandas de los manifestantes en Sinaloa que exigen la destitución del gobernador Rubén Rocha debido a la creciente violencia en el estado, relacionada con la pugna entre cárteles del narcotráfico.
A pesar de las protestas multitudinarias que se realizaron en Culiacán, la mandataria aseguró que no quitará a ningún gobernador de su puesto, ya que esa decisión corresponde únicamente al pueblo, no al Ejecutivo federal.
Durante su conferencia de prensa matutina, Sheinbaum aclaró que, a diferencia de los gobiernos priistas anteriores, su administración no tiene la facultad de nombrar o destituir a gobernadores. "Eso lo hace el pueblo, no lo hace la presidenta de la República", subrayó, en respuesta a los comentarios de varios analistas que sugerían que el gobierno federal debía intervenir para destituir a Rocha.
Las protestas en Sinaloa comenzaron luego del asesinato de Gael y Alexander Sarmiento, de 9 y 12 años, junto con su padre, Antonio, el 19 de enero. Las víctimas fueron asesinadas en un tiroteo mientras viajaban en su vehículo, en medio de la violencia generada por los enfrentamientos entre cárteles en la región. En las marchas de Culiacán, los manifestantes exigieron justicia y responsabilizaron al gobernador Rocha de tener vínculos con el narcotráfico, debido a las declaraciones de Ismael "El Mayo" Zambada, quien afirmó que tenía previsto reunirse con él el día de su captura.
Sin embargo, Sheinbaum insistió en que el gobierno federal está trabajando de manera coordinada con las autoridades locales y estatales en la búsqueda de soluciones para la violencia en Sinaloa. Destacó que la seguridad es una responsabilidad compartida, pero que no le corresponde al gobierno federal destituir a gobernadores, sino a las fiscalías, incluida la Fiscalía General de la República, en caso de que se demuestren actos ilegales.
La mandataria también destacó que su gobierno está comprometido con garantizar la paz y seguridad en Sinaloa, y aseguró que están trabajando todos los días para reducir los niveles de violencia. Explicó que los recientes aumentos en los homicidios están relacionados con la pugna interna del Cártel de Sinaloa, que se intensificó a partir de la detención de importantes líderes del crimen organizado el año pasado en Estados Unidos.
Desde el inicio de la violencia, que comenzó en septiembre tras la captura de los capos Joaquín Guzmán López y "El Mayo" Zambada, Sinaloa ha acumulado más de 600 asesinatos. Esta situación ha generado un clima de temor entre los ciudadanos, quienes han visto cómo la violencia se ha intensificado en la región.
A pesar de las tensiones y el descontento popular, Sheinbaum reafirmó que el gobierno federal continúa apoyando a las autoridades estatales en su lucha contra la violencia y el crimen organizado, pero insistió en que la destitución del gobernador no es una medida que corresponda al Ejecutivo federal.