En el municipio de Queréndaro, Michoacán, el sacerdote católico Mateo Calvillo Paz, fue agredido a golpes por un desconocido, quien aparentemente era sicario.
El religioso relató que iba en su auto cuando otro vehículo le cerró el paso, de él descendió su conductor, fue y bajó al cura de su carro y lo agredió a golpes sin motivo alguno.
Calvillo Paz, quien también es columnista del diario la voz de Michoacán, comentó que después de ser atendido por médicos, acudió a las oficinas de seguridad pública del ayuntamiento de Queréndaro para presentar la denuncia, pero le dijeron que tenía que acudir a la Fiscalía regional en Zinapécuaro.
Describió a su agresor cono un sujeto de estatura alta, moreno, con entradas en el pelo; el cual "tenía en los puños un arma, se dirigió a mí, abrió la portezuela de mi auto, me destrozó la cara, dejándola con hemorragias terribles".
El agresor, responsabilizaba al padre de haber atropellado a un perro, pero para Mateo Calvillo Paz, la acusación era un pretexto para cometer el ataque que, en tres minutos, prácticamente le destrozó el rostro.