El skimming consiste en el robo de información de tarjetas bancarias durante la realización de un movimiento o transacción, con la finalidad de clonar el plástico.
Se ha convertido en un estilo de fraude que ha tenido gran auge en los últimos años, derivado del incremento en el uso de tarjetas de débito o crédito para realizar compras y transacciones bancarias.
Instancias como la Comisión Nacional para la Protección y Defensa de los Usuarios de Servicios Financieros (Condusef), han advertido sobre el skimming.
De acuerdo a la propia Condusef, el principal procedimiento que los estafadores realizan para cometer el skimming se basa en el uso de un dispositivo mediante el cual se obtienen los datos de las tarjetas con ayuda de una cinta magnética.
Dicha máquina, llamada skimmer, se coloca principalmente en ranuras de los cajeros automáticos para obtener el número de plástico, la fecha de expedición, el hombre del titular y hasta el número de seguridad que viene en el reverso.
Pero su uso no se limita a cajeros automáticos, ya que la Condusef ha confirmado su implementación en algunas tiendas comerciales en las que el fraude es exactamente el mismo.
En Veracruz actualmente se tiene registro de al menos 10 quejas semanales ante la delegación de la Condusef por disposiciones no autorizadas en cajeros automáticos.
Dichas quejas corresponden a retiros de entre 6 mil y 8 mil pesos en efectivo, así como a solicitudes de créditos por hasta 200 mil pesos que los titulares de las cuentas no realizaron.
Aunque estas quejas no sólo se relacionan con el skimming, también con otro tipo de fraudes como los consumos no reconocidos por internet, algo que se incrementó exponencialmente tras el inicio de la contingencia sanitaria por covid-19.
Ante cualquier riesgo que puedan correr los cuentahabientes, la Condusef recomienda utilizar las herramientas de seguridad que ofrecen los bancos, así como las aplicaciones y notificaciones bancarias que podrían advertir oportunamente sobre una operación no autorizada.