Zacatecas, Zac. Hace más de 25 años, la familia Castorena Juárez inició con la reparación de imágenes religiosas, propias de la época decembrina. Un oficio que ha trascendido entre generaciones.
"Surge a raíz de mi papá que en sus ratos libres se dedicaba a retocar los niños dios, los peregrinos de la misma familia y la gente al verlo trabajar le comentaba que si le podía a arreglar un niño dios y le decía qué sí, igual nosotros veíamos qué le empezaban a llegar más y de ahí surgió el gusto por la reparación", señaló José Manuel Castorena.
El dibujo, la caligrafía y la restauración son talentos que llevan en la sangre y han adoptado como oficio para lograr lo imposible y, como dice su slogan, hasta milagros.
"En niños dios, estos que son de yeso, los deditos, los brazos, la cara, un retoque completo y los otros que son de manera, son mucho muy antiguos y muy difíciles de reparar por el hecho de que son muy delicados y también tenemos que hacer este tipo de trabajo".
En época navideña, los cinco integrantes de la familia reparan hasta 500 imágenes, pero reciben pedidos durante todo el año. Un reto que exige, por sobre todo, mucha paciencia y empatía por el valor sentimental que guardan algunas piezas.
"Hay mucha gente que viene y así como estos niños qué me trajeron antier, los trajo un señor para restaurarlos y me dijo: pero se lo encargo mucho porque tiene muchísimos años.Fue de su abuelita y se lo regaló a su mamá y su mamá a ellos, el caso es que es un recuerdo familiar que les trae nostalgia y quieren conservarlo. Se aprecia lo sentimental de la imagen, es lo que también contemplamos nosotros".
Aunque se trata de un trabajo sumamente minucioso y de rigurosa práctica, el costo a cambio va de los 50 a 160 pesos, según el tamaño y daño que presenten las imágenes.
"Lo imposible lo hacemos inmediatamente y los milagros tardan un poco más".