Guadalupe, Zac.- En el Convento de Guadalupe, Zacatecas, fray Enrique Reyes Rodríguez, guardián y rector, explicó que la devoción Guadalupana, se remonta a la fundación del convento hace 316 años. Este lugar fue dedicado a la Virgen de Guadalupe por el padre fray Antonio Margil de Jesús, quien le otorgó el título de "Santísima Prelada", lo que marcó el inicio de las celebraciones.
La festividad inicia con la romería de la Preladita en noviembre, seguida por el pregón Guadalupano a finales de noviembre. El 1 de diciembre comienza oficialmente la celebración con el docenario y actividades diarias, como rosarios matutinos, novenarios y misas de peregrinaciones. Destacan la romería del 11 de diciembre y las peregrinaciones, y ya el día 12 las tradicionales mañanitas y misas cada hora, culminando con un espectáculo de pirotecnia a las 9:30 de la noche. La inversión para su realización proviene del Ayuntamiento y donaciones de fieles.
Fray Enrique mencionó que hablar de la Virgen de Guadalupe es tocar un fenómeno sociológico que refleja la importancia de la madre en la sociedad mexicana. La festividad atrae a personas de diversas edades y sectores, lo que evidencia la herencia de tradiciones de generaciones tras generaciones.
Si bien dijo que aunque inicialmente se podría percibir una leve decadencia en la participación, aseguró que la afluencia va en aumento. La Virgen de Guadalupe sigue siendo un centro de consuelo y ayuda para personas de todas las edades, provenientes de diversas comunidades y gremios, como transportistas y campesinos, que organizan peregrinaciones para venerar a la Virgen.
A pesar de no contar con un registro preciso de la afluencia, la devoción trasciende distancias, con peregrinaciones de comunidades como La Buena Onda, que realizan un camino de siete horas. Los rosarios de aurora, con 19 barrios participantes que ya tiene más de 50 años y la peregrinación de niños por ya dos años, son tradiciones arraigadas que contribuyen a la riqueza espiritual de las celebraciones.