En los años recientes la obra pública en México ha estado atada a proyectos políticos, que al ignorar la planeación han heredado emblemáticos "elefantes blancos" infraestructura inconclusa, con sobreprecios indignantes o deficiencias que han costado la vida de mexicanos.
Esther Ongay, integrante del programa de gasto público en el centro de investigación México Evalúa, asegura que no existen los mecanismos para garantizar la pertinencia de los proyectos, con presupuestos suficientes y razonables, que atiendan las necesidades sociales.
La investigadora también dijo que "no es de extrañar que suceda, como sucede en todo el país, que empiezan las obras y después quedan inconclusas o se tiene que pagar un sobrecosto o no se consigue la calidad que originalmente se esperaba".
Se trata de un grave problema estructural, que en el fondo se mantiene la corrupción, a través de adjudicaciones directas, licitaciones simuladas y "moches".
Pero hagamos un recuento...
En 2003, al presentar el programa de desarrollo de autopistas de cuota, el entonces presidente Vicente Fox aseguró que a principios de 2014 comenzaría la construcción del libramiento norte de la ciudad de México, su obra más ambiciosa, sin embargo comenzó hasta dos años después, la obra quedó inconclusa y Felipe calderón la inauguró tres años después, la autopista está operando, pero constantemente sufre bloqueos en Tlaxacala, pues dos mil ejidatarios afirman que el gobierno no les pagó por sus terrenos.
La Megabiblioteca Vasconcelos fue otro monumento a la falta de planeación y corrupción. Con una inversión de 954 millones de pesos fue inaugurada en mayo de 2006 por Vicente Fox, un año después fue cerrada por filtraciones de agua. La Auditoría Superior de la Federación detectó 36 irregularidades en su construcción y emitió 13 averiguaciones contra servidores públicos del gobierno federal. Se invirtieron más de 32 millones de pesos más para repararla.
La refinería del "Bicentenario" en Hidalgo fue el mayor proyecto inconcluso del gobierno de Felipe calderón, entre 2008 y 2014 se gastaron 9 mil millones de pesos y sólo se construyó la barda perimetral de 14.7 kilómetros, el único vestigio de ese anuncio que nunca se concretó. En 2014 el gobierno federal canceló definitivamente la obra por "falta de rentabilidad".
Y qué decir del vergonzoso caso de la Estela de luz? Felipe Calderón anunció su construcción con una inversión de 200 millones de pesos, su construcción inició en junio de ese año y debió terminar en agosto de 2010, para celebrar el bicentenario de la independencia y el centenario de revolución. La obra se entregó hasta 2012 y costó más de mil 575 millones de pesos.
En el gobierno de Enrique Peña Nieto los escándalos de corrupción también giraron en torno a la construcción de obra pública, mientras que en el gobierno actual cuatro grandes obras de infraestructura se realizan a "precios bajos" y en tiempos reducidos, con el riesgo de sumarse a la lista de los emblemáticos "elefantes blancos", principalmente el Tren Maya.