ZACATECAS, ZAC.- José Manuel Enciso González se convirtió en el cronista pictórico de Zacatecas, inspirado en la obra de Ramón López Velarde, las viejas casonas, paisajes semidesérticos y cristos, incluso al compartir mesa con los huicholes.
Un 17 de febrero de 1919, Zacatecas vio nacer a un hombre bondadoso, como lo describen sus hijos, quien a sus 10 años comenzaría a vivir en Villanueva, municipio donde creció y desarrolló su amor por la pintura, el dibujo, la acuarela y múltiples disciplinas artísticas.
Huérfano desde pequeño, Enciso no se detuvo y se hizo cargo de sus hermanos, cada piedra en el camino lo impulsó más para llegar a ser un digno promotor del arte local con la guía de grandes como Pedro Coronel, Manuel Felguérez y Francisco Goitia.
Contrajo matrimonio con Rosaura Muñoz García y trajo al mundo a 13 hijos. Un día después de su partida, diversas autoridades lamentaron su ausencia.
El maestro Enciso fundó y dirigió la Escuela de Artes Plásticas del Instituto Zacatecano de Bellas Artes, fue asesor de la Junta de Conservación de Monumentos Coloniales, miembro del Consejo Cultural del Estado, catedrático en el Seminario Conciliar, en la Escuela Normal Manuel Ávila Camacho y en la Universidad Autónoma de Zacatecas, la cual le rindió un homenaje en el patio central de la Rectoría.
Su talento y disciplina le merecieron importantes reconocimientos y la confianza para ser mentor de las nuevas generaciones; realizó múltiples obras para el Vaticano y los presidentes de la República Mexicana desde Adolfo López Mateos, así como para gobernadores de diversos estados, según compartió en vida con el periodista Francisco Esparza Acevedo.
Desarrolló su técnica día a día junto a sus contemporáneos Antonio Pintor, José Guerrero e Ismael Guardado, así como compartió su conocimiento con los ahora también representantes pictóricos de la ciudad, Alfonso López Monreal y Alejandro Nava.
Este miércoles 08 de agosto, se extinguió la luz de un auténtico representante de la vida artística zacatecana, cuyo legado quedó plasmado con su trazo firme como un tesoro más para esta ciudad.