"Lo amenacé, pero nunca lo torturé", dijo Tomás Zerón, exdirector de la Agencia de Investigación Criminal (AIC) sobre las acusaciones de torturar a un detenido en el "caso Ayotzinapa".
El exfuncionario, quien está prófugo en Israel, defiende su inocencia y busca limpiar su nombre. En México cuenta con órdenes de detención por los delitos de: tortura, desaparición forzada y delitos financieros. Zerón ha defendido en varias ocasiones la "verdad histórica", la versión oficial del Gobierno del expresidente Enrique Peña Nieto sobre la desaparición de los 43 estudiantes de Ayotzinapa.
Zerón, quien era mano derecha del entonces fiscal general, Jesús Murillo Karam, quien está preso por desaparición, tortura y obstrucción de la justicia, hizo referencia al video donde se lo ve maltratando a un líder local de Guerreros Unidos, Felipe Rodríguez Salgado, alias "El Cepillo", la principal prueba que sustenta la acusación de tortura en contra de Zerón: "Se ve [en el video] que yo lo amenacé, okay, pero nunca lo torturé", dice el exfuncionario con tranquilidad. "Yo era el jefe de la Agencia de Investigación Criminal, yo no tenía necesidad de torturar a nadie", expresó.
Asegura ser víctima de persecución política y dice que el PRI lo ha dejado solo, además insiste en que los autores de la desaparición fueron delincuentes locales coludidos con funcionarios de Iguala, Guerrero, desde policías hasta el entonces alcalde, José Luis Abarca.
"En el caso de los estudiantes, todo enfocaba directamente a la participación e instrucción directa del alcalde Abarca", indica Zerón. También habla de cómo los primeros detenidos, en su mayoría policías municipales, mencionaron el basurero de Cocula, donde supuestamente fueron incinerados los cuerpos de los 43, en una pira a cielo abierto que ardió toda la noche. "En sus declaraciones narran y describen qué es lo que había pasado con los estudiantes y es como nosotros llegamos al basurero", explicó.
Con lentes oscuros, una sudadera negra con capucha, tenis y comiendo tacos de carnitas, fue captado en calles de Jerusalén, Israel, Tomás Zerón de Lucio.