El acoso callejero es una conducta que se ha normalizado, lo que expone aún más a las mujeres a ser víctimas de este tipo de acoso que abarca desde comentarios lascivos, miradas, gestos, acercamiento intimidante, propuestas sexuales, tocamiento, videos y fotografías sin consentimiento hasta exhibicionismo, las víctimas en muchas ocasiones minimizan lo que les sucedió y buscan estrategias para evitar pasar por estas situaciones otra vez.
"Impacta en la salud mental ocasionandote pues ansiedad, depresión, incluso síndrome de estrés postraumático, te limita en la movilidad, eso a que cambies los recorridos que usabas que busques nuevas estrategias" Verónica Estefanía López, Psicóloga
También impacta en la manera que las mujeres viven su vida pues antes de realizar cualquier acción que incluya salir a la calle se toma a consideración el evitar el acoso, limitándose a vivir con tranquilidad. Las estrategias utilizadas son: utilizar audífonos para no escuchar los comentarios que les hacen, contar con elementos de defensa propia como gas pimienta o evitar utilizar cierto tipo de prendas, sin embargo, los esfuerzos no se están enfocando en que quien acosa deje de hacerlo.
"A veces que te gritan en la calle incluso hasta te dicen tus mismos familiares no voltees, pero para no llamar la atención, porque es una invitación a hacerles caso, entonces lo que buscas es evitar eso" Emma Segura, Ciduadana
El que sea una práctica recurrente ha llevado a que no sea denunciada por parte de las víctimas lo que evita que reciban el apoyo y soporte que necesitan tras vivir estas experiencias en su día a día.