Las altas temperaturas afectan a la nutrición, fertilidad y bienestar de los animales. El estrés por calor provoca menor rendimiento en la producción de leche, en el caso de la vacas lecheras.
El alimento escasea también y los productores deben buscar otras alternativas para que no haya afectación en su economía.
Los productores se encuentran preocupados ante los cambios bruscos de temperatura, las lluvias atípicas y en el peor de los casos la sequía.