El constante incremento del precio de los fertilizantes, ha dificultado el combate de plagas como la araña roja, toda vez que los agricultores no cuentan con la solvencia económica suficiente para adquirir los insumos. Panorama que se ha agravado debido a la desaparición de los programas de apoyo al campo, obligando a los productores a cambiar de giro y en el peor de los casos, abandonar sus tierras.