Tras 6 años de la desaparición del sacerdote de la Diócesis de Zamora, Santiago Álvarez Figueroa de 27 años, quien se dirigía en su automóvil desde el municipio de Jacona hacia Paredones, cerca de Jiquilpan, pero nunca llegó a su destino, laicos católicos aún conservan la esperanza de que el presbítero regrese sano y salvo a su hogar, pese a que las condiciones de seguridad que persisten a nivel nacional no son las más óptimas. Reflejo de la situación de violencia en el país, México alcanzó en este año 2018 la cifra de 7 sacerdotes asesinados, además de casos de secuestros, ataques violentos contra templos y atentados con explosivos. Tan solo durante el último sexenio suman ya 26 los casos de homicidio cometidos en contra de los representantes de la iglesia católica, tal como sucedió con el sacerdote Miguel Gerardo Flores, quien fue encontrado sin vida el pasado mes de agosto en el municipio de Múgica, Michoacán.