Desde el inicio de la pandemia el pasado mes de marzo, la venta de flores disminuyó hasta un 70% respecto del año anterior, debido a la suspensión temporal de eventos sociales para prevenir riesgos de contagio de COVID-19 entre la población. Panorama que representa un duro golpe para la economía del sector, especificamente para los comerciantes establecidos, quienes enfrentan severas dificultades para seguir operando sus negocios, ya que los ingresos resultan insuficientes para cubrir los gastos de arrendamiento, pago de servicios básicos y salario de los trabajadores.