Hace un año se podía sentir y se vivía el fervor de las celebraciones patronales.
Hoy esto es solo un recuerdo que pareciera difícil de repetir, pero se ha cambiado por una festividad espiritual, pues a pesar de la contingencia la fe se mantiene firme, así se vive ahora la nueva normalidad.
A eso se suman los alcaldes de la región, quienes señalan que se ha optado por invitar a la ciudadanía a evitar llevar a cabo celebraciones multitudinarias, en que incluso se han cerrado las plazas principales y cercado los templos para evitar que haya festejos.
Con ello se pretende que se logre alcanzar bandera verde en sus municipios para regresar de manera paulatina a las actividades de la población.