En México, el 35% de las personas mayores de 55 años son usuarias de Internet, el 62% utiliza telefonía celular y solo el 17% usa computadoras, según el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI). Aunque la brecha digital se ha reducido en los últimos años, sigue siendo un tema prioritario para el bienestar de nuestros adultos mayores. Las herramientas tecnológicas son esenciales para facilitarles la vida en cuestión de trámites, entretenimiento y comunicación con sus familiares más cercanos. Por esta razón, es necesario que las personas mayores pierdan el miedo a aprender y relacionarse a través de plataformas digitales.
Para que los adultos mayores logren adaptarse a las nuevas tecnologías, deben comenzar por dispositivos sencillos y de fácil manejo como un reproductor de música o un celular que sirva para tareas sencillas como llamadas, fotos, notas o alarmas para sus medicamentos. De este modo, notarán su utilidad para la vida diaria y se animarán a aventurarse en otras actividades digitales que despierten su interés. Poco a poco, aprovecharán cada función con mayor facilidad y reconocerán todo su progreso, dándoles una gran satisfacción personal.
Panorama que evidencia la importancia de empatar el avance tecnológico con la alfabetización digital de las personas adultas mayores, con el fin de evitar que la brecha de desigualdad siga creciendo.
Por otra parte, destacó que con la pandemia, las personas mayores están recibiendo actitudes proteccionistas, excesivamente paternalistas y hasta punitivas por parte de sus propias familias, en este afán de protegerlas de la Covid-19, pues se valoró como el grupo más vulnerable. "Muchas familias comenzaron a sobreproteger a las y los mayores, a tal grado que se propició un aislamiento y un deterioro de las redes de apoyo social con las que contaban".
Pero también hubo asistencia familiar para usar la tecnología, la cual ayuda a crear nuevos vínculos sociales y reconectar a la población, dijo Montes de Oca. "Fue un desafío, y muchos aprendieron a utilizarla y fortalecieron nuevos vínculos intergeneracionales con hijos y nietos", muestra el estudio.