Jerusalén, 11 oct (EFE) - En el quinto día de la guerra desatada por el ataque sorpresa de la milicia islamista Hamás el sábado pasado, los intercambios de fuego continúan, con cohetes lanzados desde Gaza alcanzando la ciudad de Ashkelón e incluso Tel Aviv, y los cazas israelíes bombardeando sin parar la Franja, aislada del mundo y sin suministro de electricidad ni combustible.
Durante todo el día han sonado las alarmas antiaéreas no solo en las áreas colindantes de la Franja de Gaza, sino también en el centro de Israel, incluido en Tel Aviv; poco después del mediodía, un cohete impactó en el hospital Barzilai de Ashkelón, situado a 10 kilómetros al norte de la frontera gazatí, causando solo daños materiales.
A esto siguieron varios impactos directos en la ciudad, y los equipos de emergencia tuvieron que tratar en el mencionado hospital a 12 pacientes, seis de ellos con heridas leves por metralla y los demás con síndromes de ansiedad, informa Maguén David Adom, el servicio de emergencias médicas israelí.
Al mismo tiempo continuaron sin cesar los bombardeos aéreos israelíes contra la Franja de Gaza, "a gran escala", según informaron las fuerzas armadas israelíes y confirman testigos en Gaza.
Hoy, además, los cazas bombardearon la Universidad Islámica de Gaza que, según asegura Israel, era un lugar para entrenar a expertos en espionaje militar y para desarrollar y producir armas, además de acoger conferencias destinadas a recoger financiación para la organización islamista, señala un comunicado del Ejército.
Ya ayer, los cazas israelíes destruyeron un sistema de cámaras de alta precisión que Hamás había instalado en paneles solares para calentar agua en los tejados de la sociedad para registrar los vuelos de aeronaves israelíes, agrega esta nota.
Un ataque aéreo de precisión fue capaz de destruir "todas las ubicaciones" de esta red de tecnología avanzada, señala la nota, dificultando el seguimiento de los aviones por Hamás, detalla.
Los bombardeos incesantes de los últimos días han causado una enorme destrucción, causando 1.055 muertos y más de 5.000 heridos, derribando completamente más de 500 edificios residenciales y tres escuelas, según datos de las autoridades gazatíes.
Hoy, un ataque aéreo israelí contra una ambulancia mató a cuatro paramédicos y destruyó el vehículo en el que viajaban, informa la agencia palestina Wafa. EFE