Ambientalistas consideran que tanto Zamora y Jacona carecen de una planeación urbana y ecológica, ya que los Ayuntamientos aprueban cambios de uso de suelo para la construcción de nuevos fraccionamientos, sin antes realizar un estudio previo donde se contemple la dotación de los servicios básicos, como la introducción de agua potable, drenaje y energía eléctrica, situación que trae consigo una serie de problemas de contaminación, además que el crecimiento urbano acaba con las tierras fértiles en la región, pese a que esta región es una de las productivas a nivel nacional.