La acelerada destrucción de los bosques ha colocado en estado de emergencia a una gran variedad de especies, problemática que sigue a la alza en diferentes regiones de Michoacán, generando una disminución importante en el suministro de agua a escala local y estatal. De acuerdo con el último censo de inventario forestal, en la entidad la tasa de deforestación supera las 60 mil hectáreas por año, cifra que preocupa por los diferentes factores que inciden en la degradación ambiental. En el caso específico de la región Zamora, los incendios forestales en las zonas cerriles han provocado la desaparición del 50% de los manantiales, lo cual representa un riesgo latente para cerca de mil 500 productores agrícolas de 13 municipios de la zona, ya que estos afluentes son la principal fuente de abastecimientos para sus cultivos.